martes, 1 de noviembre de 2016

MOVIMIENTO OBRERO DE HUALLANCA

Movimiento Obrero de Huallanca

Por: Nicéforo Espinoza Llanos (*)

Mineros trabajando 
Huallanca se perfila ya como centro minero en la colonia. En la República, en la época de don Carlos Rizo Patrón, las riquísimas boyas de San Francisco dan algunos millones de soles en un tiempo record.
La riqueza minera de Huallanca actúa como un poderoso imán desde el primer tercio del siglo 17. Muchos extranjeros llegan a sus lares en busca del codiciado metal. El trabajo en las minas motiva en Huallanca el advenimiento de una clase: el Proletariado. La historia del obrerismo huallanquino tiene capítulos muy negros.
Al comienzo, en la Colonia, fueron elementos autóctonos los que trabajaron gratuitamente para el peninsular. Los descendientes de los valientes huanucus se agotaron en pocas generaciones. La dureza del trabajo, la alimentación insuficiente, la vivienda estrecha, antihigiénica, cegaban como ametralladoras la vida de aquellos infelices. El advenimiento de la Independencia y la consolidación de la República mejoran un tanto la suerte del minero huallanquino.
Antes del año de 1928, la ganancia diaria de un minero no pasaba para el lampero de S/. 1.10 y para el barretero de S/. 1.40. Estas cantidades son insuficientes para el sostenimiento de una familia, El minero por lo general, forma familia a los 18 años de edad, y a los 30, deja viuda e hijos en la miseria más espantosa. Ajenos a los beneficios de las leyes del país, los obreros huallanquinos desconocen antes de 1928, el trabajo de 8 horas, las indemnizaciones, el goce de vacaciones, el auxilio médico, la educación de sus hijos, etc., lo único que no desconocen es el trabajo duro e intensivo de 10 horas diarias, el trato despótico de los empleados y la despedida al menor reclamo.
Esta situación obedecía a dos causas: una, que los Administradores no cumplían las leyes dadas por el Estado a favor del obrero; otra, la ignorancia de la masa obreril. Por consiguiente habían dos cosas por hacer: primero, ilustrar a los obreros en las ventajas que le proporcionaba el Estado; el segundo, hacer comprender al Administrador de la Hacienda metalúrgica “Carmen de Buenavista”, que las leyes del Trabajo, no eran lo mismo que el papel mojado de la diplomacia alemana, sino artículos que tenían que cumplirse literalmente. De estas dos tareas se encargaron contados jóvenes presididos por el abogado Simeón Llanos Rubina.
Plaza de Armas de Huallanca
En el mes de agosto de 1928, se abrió en Huallanca una escuela nocturna para obreros en la casa, que es actualmente propiedad del señor Valenzuela, Simeón Llanos, Teófilo Tello, Julián Huerta y otros más fueron los maestros que enseñaron a los obreros de aquel entonces el A-B-C de la cultura. Seis meses de incesante labor bastaron para que los obreros se emanciparan en cierta forma del yugo de la ignorancia.
Los trabajadores de las Minas Mercedes y San Francisco encabezados por los mineros: Florencio Martel, Alfonso Rocano y Adolfo Mendoza reclamaron al Administrador del “Carmen de Buenavista”, Ingeniero Giacomo Decoll, el aumento de sus jornales; el trabajo de 8 horas; la reglamentación del trabajo para menores  y muchas otras ventajas que acordaba la Legislación Obrera y que ya estaba en vigor en casi de la totalidad de los centros industriales del país.
Se consideró exigencia injusta la petición de los obreros; y para echar en saco roto la reclamación de éstos, el ingeniero Decoll, se escudó en la calumnia. Acusó al abogado Simeón Llanos Rubina y a los jóvenes que lo acompañaban a éste como elementos antigobiernistas. Los jóvenes huallanquinos mencionados no trataron de combatir en ningún momento al Régimen de entonces, trataron de hacer cumplir solamente las leyes estatales.
Cualquier inteligencia mediana comprenderá que un pueblo chico como Huallanca, no es el lugar indicado para combatir un régimen. Es paradójico ver en elementos de orden, elementos anárquicos; es ridículo ver en elementos, elementos revolucionarios.
El Prefecto de Huánuco, en vista de la denuncia apócrifa de Decoll, envió a Huallanca doce gendarmes bajo las órdenes del Alferez Carpio, para debelar el falso movimiento político y apresar a los caudillos. Carpio se valió de la sorpresa, pues lo apresó a Simeón Llanos en su cama. Este acto provocó una justa indignación en el espíritu de los huallanquinos, que sin distinción de clases, se dieron cita a la casa del apresado. Había que rechazar el atropello y vencer la calumnia. La fuga de Llanos Rubina puso punto final a la exaltación colectiva.
Minerales Pirita y Cuarzo
Cuando ya todo estuvo en calma, hicieron su entrada a la población, más o menos 80 mineros encabezados por los señores: F. Martel, A. Rocano, J. Huerta y M. Llanos. Este último iba a la cabeza de todos, a caballo y con una bandera en la diestra. Noticiados de la fuga de Llanos, se redujeron a recorrer las calles de la población y luego se dispersaron dentro del mayor orden. El Alferez Carpio, pasado el alboroto apresó a sujetos indefensos. Entre estos fue apresado R. Espinoza Picón. Los ciudadanos que protestaron por el apresamiento de Llanos Rubina, fueron perseguidos por la tropa reforzada de Carpio, al que servía de guía un empleado del “Carmen de Buenavista”.
¡ Qué noches tan agitadas las que pasaron algunos fugitivos ¡. El que escribe estas líneas, muchacho de 13 años en 1928, acompañó a su padre en su escondite de Mullacarragra. Carpio no apresó a ningún huallanquino fugitivo; después de muchos días de infructuosa labor, se dirigió a La Unión.
El movimiento obrero de la Mina Mercedes, preparado por elementos intelectuales, motivó por una parte, la paralización de los trabajos por 10 meses; y por otra, consiguió lo que perseguía; el cumplimiento parcial de la Legislación Obrera, la jornada laboral de 8 horas, que se llevó a cabo con el “Sindicato Minero de Huallanca”.
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Fuente: Revista WANUCU - Lima 1943
(*) Doctor en pedagogía, docente en la Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzman y Valle" - La Cantura. Diputado por el Partido Aprista (Huánuco) 1963-1968.

martes, 16 de agosto de 2016

La Cátedra Pulgar Vidal

LA CÁTEDRA PULGAR VIDAL 

                                                                                          Luis Arista Montoya 
Ex director del INC. Docente universitario

En el pueblo de Panao, capital de la provincia de Pachitea, departamento de Huánuco, el 2 de enero nació Javier Pulgar Vidal. Se cumple este año el centenario de su nacimiento (1911-2003). El Perú tiene una deuda pendiente con el geógrafo de la regionalización. Es tiempo que sus tesis pasen de la vigencia teórica a regir la gestión pública. En momentos en que se plantea el manejo responsable de los sistemas ecológicos para enfrentar el calentamiento global y la escasez de  recursos naturales, renaciendo una filosofía de la naturaleza de carácter geocéntrica, con nuevas utopías cosmológicas y cosmogónicas, el Perú debe apoyarse en sus tesis ecologistas.
Luis A. Arista Montoya
La primera vez que escuché al Amauta –portaba ese título justicieramente– fue en 1966, cuando ingresé a la universidad. Su conferencia versó sobre la alimentación y los productos nativos, largamente desaprovechados.
Explicó las bondades de la carne de cuy. En un tiempo en que ciertos limeños lo denominaban despectivamente “rata andina” (así lo calificó un joven periodista), su apología del cuy apareció como herejía culinaria de mal gusto. Actualmente, gracias a la revolución gastronómica, platos como el cuy chactado (Arequipa), el cuy sancochado (Huancayo), el picante de cuy (Áncash), el cuy cangado (Chachapoyas), el cuy al horno (Cajamarca), el cuy relleno (Cusco), el cuy broaster, el cuy crocante (creado por Gastón Acurio) o el chijau-cuy (fusión ingeniada por Luis Yong) están presentes en todas las mesas regionales.
LAS 8 REGIONES NATURALES DEL PERU
Posteriormente, leí su gran obra, Las ocho regiones naturales del Perú (1938), en la que refutaba el facilismo español que dividió nuestro territorio en Costa, Sierra y Selva, tasajeándolo como si fuese una gran barra de queso manchego. Versión distorsionada que, lastimosamente, hasta hoy se maneja.
Además de ser un preclaro geógrafo e historiador, fue  un filósofo de la naturaleza. Su concepto de "grandes ámbitos geográficos", para referirse a los territorios con identidad ubicados a manera de ponchos terráqueos en las vertientes o declives desde los Andes, tanto  hacia el Oriente como Occidente del divortiumaquarum, entre el Pacífico y el Atlántico, es clave para comprender su visión regionalista.
El hombre peruano, desde sus orígenes, entabló una relación equilibrada con su ambiente, creando cuencas culturales. Pulgar Vidal recorrió el Perú palmo a palmo para descubrir las ocho regiones, según la fauna y flora y los pisos ecológicos ocupados por el hombre peruano desde la época preincaica. Cada una con su propia biodiversidad y sus testimoniales vestigios arqueológicos.
Siguiendo esa relación ambital y el orden altitudinal ascendente que va de oeste a este, planteó la existencia de ochos regiones: Costa o Chala; Yunga; Quechua; Suni; Jalca o Puna; Janca o Cordillera; Selva Alta o Rupa-Rupa, y Selva Baja u Omagua. Esta  tesis revolucionó la comprensión académica de nuestra biodiversidad, pero no fue utilizada para la gestión territorial, para la configuración de las macrorregiones que deben funcionar como unidades geoeconómicas (ámbitos) transversales, con vistas a una verdadera regionalización y descentralización del país. Una meta a alcanzar para el  Bicentenario  de la Independencia, en 2021.
Para ello, la obra del geógrafo huanuqueño debe constituirse como un vademécum de consulta para los presidentes regionales que acaban de asumir el cargo. Es más, en  cada universidad regional deberá existir la cátedra Pulgar Vidal, una especie de observatorio de la regionalización; y el Ministerio del Ambiente instituir el Premio Nacional de Ecología que lleve su nombre, para promover prácticas colectivas en defensa de la naturaleza.

El Peruano, diario oficial
Fecha: 04/01/2011