martes, 16 de agosto de 2016

La Cátedra Pulgar Vidal

LA CÁTEDRA PULGAR VIDAL 

                                                                                          Luis Arista Montoya 
Ex director del INC. Docente universitario

En el pueblo de Panao, capital de la provincia de Pachitea, departamento de Huánuco, el 2 de enero nació Javier Pulgar Vidal. Se cumple este año el centenario de su nacimiento (1911-2003). El Perú tiene una deuda pendiente con el geógrafo de la regionalización. Es tiempo que sus tesis pasen de la vigencia teórica a regir la gestión pública. En momentos en que se plantea el manejo responsable de los sistemas ecológicos para enfrentar el calentamiento global y la escasez de  recursos naturales, renaciendo una filosofía de la naturaleza de carácter geocéntrica, con nuevas utopías cosmológicas y cosmogónicas, el Perú debe apoyarse en sus tesis ecologistas.
Luis A. Arista Montoya
La primera vez que escuché al Amauta –portaba ese título justicieramente– fue en 1966, cuando ingresé a la universidad. Su conferencia versó sobre la alimentación y los productos nativos, largamente desaprovechados.
Explicó las bondades de la carne de cuy. En un tiempo en que ciertos limeños lo denominaban despectivamente “rata andina” (así lo calificó un joven periodista), su apología del cuy apareció como herejía culinaria de mal gusto. Actualmente, gracias a la revolución gastronómica, platos como el cuy chactado (Arequipa), el cuy sancochado (Huancayo), el picante de cuy (Áncash), el cuy cangado (Chachapoyas), el cuy al horno (Cajamarca), el cuy relleno (Cusco), el cuy broaster, el cuy crocante (creado por Gastón Acurio) o el chijau-cuy (fusión ingeniada por Luis Yong) están presentes en todas las mesas regionales.
LAS 8 REGIONES NATURALES DEL PERU
Posteriormente, leí su gran obra, Las ocho regiones naturales del Perú (1938), en la que refutaba el facilismo español que dividió nuestro territorio en Costa, Sierra y Selva, tasajeándolo como si fuese una gran barra de queso manchego. Versión distorsionada que, lastimosamente, hasta hoy se maneja.
Además de ser un preclaro geógrafo e historiador, fue  un filósofo de la naturaleza. Su concepto de "grandes ámbitos geográficos", para referirse a los territorios con identidad ubicados a manera de ponchos terráqueos en las vertientes o declives desde los Andes, tanto  hacia el Oriente como Occidente del divortiumaquarum, entre el Pacífico y el Atlántico, es clave para comprender su visión regionalista.
El hombre peruano, desde sus orígenes, entabló una relación equilibrada con su ambiente, creando cuencas culturales. Pulgar Vidal recorrió el Perú palmo a palmo para descubrir las ocho regiones, según la fauna y flora y los pisos ecológicos ocupados por el hombre peruano desde la época preincaica. Cada una con su propia biodiversidad y sus testimoniales vestigios arqueológicos.
Siguiendo esa relación ambital y el orden altitudinal ascendente que va de oeste a este, planteó la existencia de ochos regiones: Costa o Chala; Yunga; Quechua; Suni; Jalca o Puna; Janca o Cordillera; Selva Alta o Rupa-Rupa, y Selva Baja u Omagua. Esta  tesis revolucionó la comprensión académica de nuestra biodiversidad, pero no fue utilizada para la gestión territorial, para la configuración de las macrorregiones que deben funcionar como unidades geoeconómicas (ámbitos) transversales, con vistas a una verdadera regionalización y descentralización del país. Una meta a alcanzar para el  Bicentenario  de la Independencia, en 2021.
Para ello, la obra del geógrafo huanuqueño debe constituirse como un vademécum de consulta para los presidentes regionales que acaban de asumir el cargo. Es más, en  cada universidad regional deberá existir la cátedra Pulgar Vidal, una especie de observatorio de la regionalización; y el Ministerio del Ambiente instituir el Premio Nacional de Ecología que lleve su nombre, para promover prácticas colectivas en defensa de la naturaleza.

El Peruano, diario oficial
Fecha: 04/01/2011


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