Cabieses, estudioso de los tesoros nutricionales del Perú
Por: José Luis Pérez
Albela
Fernando
Cabieses ha dejado su cuerpo físico como un triunfador, fue un destacado neurólogo,
catedrático, estudioso de las plantas medicinales, fundó junto a Pedro Arellano
el Instituto Nacional de Medicina Tradicional (Inmedra) y dedicó muchos años de
su vida a la investigación que plasmó en numerosos libros, entre ellos “Cien
siglos de pan”.
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(Nacimiento: 20-04-1920. Fallece: 13-01-2009) |
Esta
obra, según Cabieses, lleva a los lectores a través de un viaje de diez mil
años, durante los cuales la mano de los indígenas “le dio a la tierra nuevas semillas y seleccionó razas, variedades y
transformó la especie silvestre en productos más acordes a sus propias
necesidades, y regaló después esos productos a los hombres de otros mundos y
recibió de aquellos, en intercambio amoroso y pacífico, nuevos productos y
nuevas ideas de cómo seguir alimentándose”.
Cabieses
plantea que una de las razones por la que genéticamente la raza indígena no
acumula cantidades excesivas de colesterol es porque en el antiguo Perú, se
daba gran importancia a la lactancia materna, el niño era nutrido así hasta los
dos años de edad y de allí en adelante comían lo mismo que los adultos y no
eran alimentados con “leche de bestias” ni con huevos, y la ausencia de estos
productos no interfirió con el buen estado nutricional de los menores.
Destaca
que las leguminosas constituyeron una fuente de nutrientes muy importante para
el antiguo habitante del ande, siendo el pallar común, conocido mundialmente
como frijol de Lima (Lima bean), la planta más antigua en ser cultivada al
igual que algunas calabazas, el tarwi, tahui o chocho y cereales como la
quinua, maíz, kiwicha, variedad de tubérculos, frutos y frutas constituían la
base de la alimentación del hombre paleo peruano.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc2C-ccUie6WtCYorUlS9aFqD9Gg2Wv4yZMUGXwektgJcVCTIyi1lInU_nN7f4PUOIFItFbU03zvIYb9dtUl5DhXu9wRRftAqpv5MHRmSAD96N1lVyx2f89LCO_so3SCZqwI3bef7_waFy/s320/1-314083d154.jpg)
Y
con agradable sorpresa encontramos en este libro que el ayuno era un ritual de
importancia en la relación social y religiosa del antiguo peruano. Cuando dos
personajes importantes debían entrevistarse para un acto solemne, se obligaban
mutuamente a ayunar e incluso a no gozar de compañía femenina, para estar más
lúcidos. La primera entrevista entre Pizarro y Atahualpa demoro en realizarse
porque el inca no había completado el
plazo de ayuno que él se había impuesto.
En
“Cien siglos de pan” podemos
descubrir más sobre los frutos de esta tierra privilegiada, algunos poco
valorados y que son capaces de cubrir eficientemente todas las necesidades
nutricionales de la población e impulsar la agricultura como una fuente de
divisa.
La
República (16-01-2009)
Bien
de Salud (José Luis Pérez Albela)
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